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A veces las cosas buenas, pasan.

Hace una semana, navegando en Facebook, encontré un post de una cucuteña en un grupo de Mercado Libre. Tenía un vídeo de un niño cantando una canción de Marc Anthony, artista de gira por Colombia que en pocos días llegaba a Cúcuta, y pedía colaboración de algún alma compasiva y adinerada lo suficiente como para poder donar dos entradas para ese concierto y cumplir el sueño de Jhoven, de poder escuchar al cantante en vivo, sentir la emoción de la multitud, e imaginar como será todo en su mente, ya que Jhoven es ciego de nacimiento.

En el video sus ojos deambulan, mostrando el blanco de su mirada y el café de sus ojos mientras canta con voz de niño que quiere crecer y quiere creer que los sueños se tienen para cumplirse, Dime si no es verdad.

Leo el asunto, le doy Like, y después pienso en lo lindo que sería que alguien del equipo de Relaciones Públicas de Marc Anthony se enterara del asunto. Así que redacté un tweet, escribí en el fan page en diversas publicaciones y me olvidé del asunto.

Esta tarde de nuevo en Facebook me asombra ver una foto, de perfil, de un niño que soñaba. de unas manos que emocionadas, sentían el aire que su ídolo respiraba, estaba en el concierto.

Jhoven tiene 12 años, vive en el barrio García Herreros, un sector muy humilde de Cúcuta, con su abuela y su hermano menor, desde hace 4 meses, cuando su mamá perdió la lucha contra el deterioro de sus riñones. La diálisis no pudo salvarla y ahora, huérfano de madre, solo con su papá y su abuela, sueña y canta todos los días con Marc Anthony. Su tío le regaló unos audífonos donde puede, gracias a una memoria SD reproducir sus canciones favoritas.

Es un niño inquieto y alegre que va al colegio, al 6to de bachillerato, que disfruta jugar trompo con una soltura que pocos videntes tienen, sorprendiendo a sus amigos en los patios del recreo.

Jhoven gracias a las amistades en común de familiares y amigos de amigos, lograron acercarse a los encargados de la seguridad del concierto. Imponentes, altos y ceñudos, escucharon las palabras del papá que soñaba los mismos sueños que su hijo, y cedieron.

Jhoven fue al concierto, disfrutó de la presentación, y luego, para dar prueba de que los sueños si se sueñan para cumplirlos, Pasó al camerino de la estrella.

Allí, entre los de seguridad, los medios, muebles y ruido visual que a él no lo afecta, logra estrechar la mano de su ídulo.

¿Qué se siente cumplir un sueño? la sonrisa que días después pinta la cara de un niño es suficiente respuesta. Ahora duerme y sabe que puede soñar, que los sueños sí se hacen realidad.


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